Hoy queremos enseñaros que a veces las cosas no salen como queremos. Queríamos tocar nuestras bolitas, esas que crecen con el agua, y lo estábamos haciendo tras acabar en pinchín, antes de irnos al patio pero, de repente, ¡tuvimos una lluvia de bolitas de colores en clase! Parecían pelotas saltarinas, que no dejaban de botar y escurrirse entre nuestras manos, porque al estar compuestas por agua en su mayoría, resbalan un montón. Tuvimos distintas reacciones: peques alegres que botaban como las bolitas, peques confusos, peques preocupados y peques que estaban tan sorprendidos que... ¡hasta se llevaron las manos a la cabeza! Eso sí, después de todo, los peques no dudaron en agacharse y ayudar a la profe a recoger todas las bolitas que pudimos, antes de salir al patio.
Además, poco a poco nos fijamos más en lo que tenemos a nuestro alrededor, y hoy encontramos una nueva amiga; una pequeña araña que llamó nuestra atención mientras esperábamos en la fila para volver a entrar al aula.
Aprovechamos también para colocar cada emoción en su bote, identificando los distintos colores y, además, recordamos las dos normas que habíamos puesto: ser todos amigos y hablar bajito.
Trabajamos también con juegos, por eso quisimos jugar al corro de la patata, sin darse cuenta estaban trabajando el círculo. En nuestro segundo ratito de juego, para aprovechar en buen tiempo, salimos al patio y compartimos con los amigos de 3 años A las pelotas, ¡ya empezamos a aprendernos sus nombres también!
¡Qué caras de sorpresa tenían algunos peques!
ResponderEliminar¡Me encanta su expresividad!
Y da gusto ver como en nuestro segundo recreo se van juntando las dos clases y van jugando juntos.