La mamá de Martín, Ana, ha venido al aula para crear con nosotros una masa muy especial. Estaba compuesta por maicena y agua, y aunque parecía líquida, descubrimos que también podía estar sólida. Era un tanto mágica, porque dependía de cómo la tocases. Todos disfrutamos mucho metiendo las manos en ella y ensuciándonos porque, como dijo Ana, ¡niños sucios, niños felices!
¡MUCHAS GRACIAS, ANA!
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