La mamá de Mario me dio dos bolsas llenas de material de embalaje y se me ocurrió utilizarlo para esconder cosas a los peques.
Esta mañana en una bandeja les escondí los números y de uno en uno fueron buscándolos y diciendo el número que habían encontrado.
Si lo adivinaban podían volver a esconderlo y si no, era yo quien se lo escondía.
Mañana seguiremos jugando.
¡Muchas gracias Rocío!
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